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Dolor de cuello en adultos.


Existen numerosas causas que pueden provocar dolor de cuello o dolor cervical, especialmente cuando la columna comienza a envejecer. Al igual que te salen algunas canas y una que otra arruga, tu columna tiene cambios característicos de envejecimiento. Con la edad la curvatura se modifica, pueden aparecer osteofitos (espículas anormales en las vértebras), los discos intervertebrales se pueden herniar, el ligamento amarillo se torna más grueso y puede calcificarse. Los síntomas suelen ser una constelación integrada por un poco de todo lo anterormente mencionado. El resultado final es producto de factores mecánicos estáticos y dinámicos traduce en mayor o menor grado de estenosis del conducto cervical y se provocan mielopatía (afección de la médula espinal) y/o radiculopatía (afección de raíces nerviosas).

¿Por qué nos interesa particularmente la mielopatía espondilótica cervical (MEC)?

Es la enfermedad degenerativa más común de la columna vertebral en personas de 55 años en adelante. Se estima que 60 de cada 100,000 norteamericanos presentan este problema y es una causa importante de discapacidad en adultos mayores. El reto principal se centra en un diagnóstico y un tratamiento oportunos.


¿Qué síntomas puedo tener?

No hay un solo hallazgo clínico que sea característico de esta enfermedad. Además la presentación es insidiosa y hay una constelación de síntomas, que puede provocar. El dolor es un síntoma persistente y cronológicamente puede verse algo así:

1.- Lo primero que se afecta son los miembros inferiores, hay alteraciones en la marcha, rigidez y dificultad para mover las piernas. El paciente se queja de tener dificultad para caminar, se golpea y siente que no puede balancearse correctamente.

2.- Posteriormente se manifiesta en los brazos y manos. Se presenta pérdida gradual de la fuerza y la destreza. Puede haber adormecimiento, hormigueos en las extremidades. Finalmente se presenta atrofia de los músculos de las manos. Suelen tirar los objetos que antes cargaban con facilidad.

Frecuentemente hay síntomas que pasan desapercibidos, como alteraciones en el tránsito intestinal y urinario. En casos muy avanzados puede haber incontinencia.

Hay síntomas que requieren atención médica de manera inmediata, para saber más lee este artículo.


¿Qué estudios se requieren para hacer un diagnóstico?

Una vez que se ha hecho un diagnóstico clínico, es necesario realizar una resonancia magnética cervical sin medio de contraste para corroborar los hallazgos en la exploración física. Este estudio también permite establecer la severidad de tu enfermedad y hacer una planeación terapéutica en caso de considerar cirugía. Es necesario realizar radiografías antero-posteriores, laterales y dinámicas de la columna cervical para determinar si columna cervical se encuentra balanceada o no. Cuando los síntomas son apenas perceptibles pueden solicitarse estudios funcionales para reforzar el diagnóstico y tomar decisiones a tiempo.

¿Qué objetivos tiene la cirugía?
  • Preservar o mejorar la función neurológica.

  • Corregir de deformidad coronal y sagital

  • Mantener la estabilidad de la columna vertebral

¿Cuándo debe operarse?

La cirugía oportuna es la piedra angular para el tratamiento de esta enfermedad. Como en cualquier otra que puede requerir cirugía, hay muchos factores a evaluar para saber cuándo, dónde y cómo operar a cada paciente. Además de la severidad de los signos y síntomas de cada uno de ellos, deben tomarse en cuenta la edad, el estilo de vida(fumar) y también hay que considerar otras enfermedades concomitantes (diabetes, obesidad, enfermedades pulmonares, etc) y experiencia personal del cirujano.

Sin embargo, se sabe que más de la mitad de los pacientes que tienen lesiones evidenciables en los estudios y síntomas aunque sean muy leves, presentarán un deterioro progresivo y requerirán cirugía en algún momento.

¿Qué es una descompresión cervical posterior?

Es una técnica segura para el tratamiento de la radiculopatía cervical sin importar si es central (linea media) o foraminal (agujeros por donde salen las raíces nerviosas. Se realiza una pequeña incisión en la parte de atrás de tu cuello y se retira solamente la parte de la vértebra y ligamento que comprimen tu médula espinal. Además la cicatriz será apenas visible. En los casos en los que está indicado realizarla, se han observado ventajas importantes:

1.- Se preservan estructuras anatómicas cruciales para mantener estable tu cuello tanto en reposo como en movimiento y los arcos de movilidad no se ven comprometidos.

2.- Existe menor riesgo de afección de raíces nerviosas, particularmente de C5.

3.- Disminuye el riesgo de re-estenosis por la cicatrización.

4.- Hay menor sangrado, se reduce el tiempo de cirugía, los costos para el paciente y el tiempo de recuperación.

5.- Menor dolor postoperatorio.

6.- No se dejan implantes (tornillos, cajas, fijadores, etc.)

¿Por qué preferir un procedimiento de mínima invasión?

Durante la cirugía mínimamente invasiva se realizan incisiones pequeñas y todas las estructuras que se manipulan son magnificadas hasta 40 veces con un microscopio. En la actualidad ha mostrado resultados clínicos similares a la cirugía abierta, además de tener ventajas sobre la misma, como son menor pérdida de sangre, menor dolor postoperatorio y menor estancia hospitalaria.


El procedimiento que realizamos es un abordaje cervical posterior con las ventajas de cirugía mínimamente invasiva.


¿Cuál es la efectividad del tratamiento?

En 92-97% de los casos se quita completamente el dolor radicular.

El tiempo de evolución y la severidad de los síntomas son factores decisivos para la mejoría que puedes presentar si te operas. Lo cierto es que aún en casos muy avanzados, la cirugía si puede evitar que progrese el problema. En resumen: en todos los casos hay beneficio para el paciente en mayor o menor medida.


¿Cuánto tiempo voy a estar en el hospital?

Entre 24 y 36 horas. Después de eso, puedes continuar con tu recuperación en casa de manera segura.


¿Qué complicaciones puedo tener?

Sabemos que la cirugía de columna genera particular inquietud en relación a las cosas que pueden salir mal. Estamos acostumbrados a las historias de antaño en las que estaban 3 meses en cama y los pacientes ya no caminaban. Actualmente la mayoría de las complicaciones relacionadas a esta cirugía están más bien vinculadas a enfermedades y/o condiciones preexistentes del paciente, mismas que prolongaron su estancia hospitalaria como son edad muy(muy) avanzada, hipertensión, diabetes y obesidad. Éstas a su vez pueden provocar neumonía, infecciones de herida quirúrgica, embolismo pulmonar, intubación prolongada, infartos al miocardio, trombosis venosa profunda. Se cuenta con un equipo multidisciplinario para reducir el riesgo de complicaciones al máximo.


¿Entonces me opero o no me opero?

Solo un médico especialista sabe cuál es la mejor terapéutica a seguir en virtud de tu condición clínica. La decisión debe tomarse de manera conjunta y en completo entendimiento de los riesgos, los beneficios y los objetivos tanto si decides operarte como no operarte.

Debes tener bien claro que es una enfermedad curable, la cirugía es un procedimiento seguro y no es necesario “aguantarse” y esperar a que de verdad ya no puedas más. Las lesiones medulares no atendidas pueden ser irreversibles.


Gracias por leerme. Si conoces a alguien que lo padezca, compártele esta información. Te lo va a agradecer.

Dr. Rodrigo Ávila Cervantes, Neurocirujano.


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